Hablemos de las Esperanza

Y resulta que un día nos llama el equipo de Mardonio Carballo y  que nos invitan a hablar de la esperanza.

Nos emocionó porque la nuestra es como una niña morena de cabello largo y suelto que suele jugar entre la tierra y el agua.

Se asombra, ríe y llora, pero no deja de estar despierta. ¡Bueno si! también duerme, pero se acurruca de tal manera que nos deja la ternura en la mirada.

Nos abraza y nos pone sus manitas en la cara que nos sentimos queridos. Y al sentirnos queridos ¡Aguas! porque somos muy fuertes. Por eso es que seguimos como ciruelos en pié dando frutos cuando es más intensa la sequía y nos da orgullo hacerlo.

Por eso nos gustó la idea de hablar de la Esperanza.

El pasado mes de mayo recibimos al equipo de producción en el Centro Cultural Yankuik Kuikamatilistli y participamos niñas, niños, adultos y no tan adultos que estamos a cargo de este proyecto.

Aunque no todos nos vemos, este es un proyecto colectivo en el cual muchas manos voluntades y esfuerzos se tejen para reconstruir los Territorios Culturales, y eso, nos da la esperanza de la que hablamos.

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